Después de temporadas de mucho trabajo, ciclos de mucho esfuerzo y
disciplina, es normal que estemos agotados y enfadados, tanto que
nuestra capacidad cede a la presión haciéndonos sentir desmotivados y
sin deseos de continuar haciendo lo que hemos empezado.
Esto sucede porque no somos unas maquinas programadas para funcionar
todo el tiempo y en todo momento, somos seres que funcionamos en
ciclos, personas que se cansan y reconocer esta parte de nosotros nos
vuelve más fuertes.
Cuando aprendemos a identificar estas características, podemos
solucionarlo más rápido y recuperar el estilo de vida que llevamos
normalmente, por eso, es muy importante estar atentos a nosotros
mismos y conocernos lo suficiente. Uno de los factores principales
para recuperar el momentum es el ritmo.
Así es, el ritmo es muy importante y prueba de ello es su repetición
en toda nuestra vida; nuestro corazón late a un ritmo, nuestro sueño
tiene su ritmo, la hora en que comemos, la forma en que crecemos, etc.
Desde lo más básico de nuestros procesos llevan un ritmo constante que
hay que mantener para llevar una vida mejor.
Es lo mismo con el trabajo o nuestra vida profesional, si queremos
volver al juego hay que ayudar empujando el ritmo, de manera que poco
a poco tome la fuerza necesaria para mantenerse otra temporada u otro
ciclo. No hay mejor forma de recuperar el ritmo que con pasos
pequeños, así evitamos que sea contraproducente y agotarnos de nuevo.
Añadir todas nuestras actividades de golpe no sirve de nada si no
estamos listos para cumplirlas. Por eso, desde mi punto de vista es
mejor comenzar con 2 o 3 cosas que nos hagan sentir bien, que regresen
la emoción y curiosidad al proceso, para que tomemos impulso y después
el momentum termine la tarea.
Por ejemplo, comenzar a establecer nuestra hora de dormir, de
levantarse, los horarios de comida y ejercicio, son pasos pequeños que
van a reflejarse en nuestra salud y después en nuestro trabajo.
Retomar rutinas como escribir por las mañanas, leer, ver las noticias,
pintar, hacer música, estudiar o cualquier otra en dosis pequeñas,
también ayuda a recuperarnos.
En resumen, la próxima vez que una temporada de trabajo sientas que
haya terminado, déjala fluir, no intentes forzar y continuar gastando
tu energía. Pero, tan pronto estés lista para volver al juego, gana
momentum con pequeñas dosis de trabajo, recupera el ritmo de tu vida
estableciendo horarios o rutinas y vuelve con más fuerza para dar lo
mejor de ti en lo que sea que estés haciendo.